martes, 22 de mayo de 2012

Polanski: un quimérico voyeur en letras (I)



If I pick a novel and make it into a film it´s because I like it, and I always try to be as faithful as I can.
Roman Polanski

[Polanski] is a gifted filmmaker with a genius for pointing a camera. He didn´t need to borrow Shakespeare´s robes when he had so many of his own.
Kenneth S. Rothwell
Adaptaciones

De Roman Polanski no solo puede afirmarse que es un director versátil que prácticamente ha tocado todos los géneros fílmicos: thriller, aventura, drama, comedia, intriga, surrealismo... También de él puede decirse que es un director curtido en adaptaciones. Tras dejar atrás su primera etapa fílmica, aquella que finalizaba con el claustrofóbico y simpático Callejón sin salida (1966), ha sido rara la vez que no haya nutrido sus tramas con obras literarias. Normalmente, ha sido con el género novelístico con el que ha mantenido una relación más estrecha: La semilla del diablo (1968), El quimérico inquilino (1979), Tess (1980), Lunas de hiel (1992), La novena puerta (1999) y Oliver Twist (2005). Esto se debe no a su predilección por el género o sí, quién sabe, sino al propio carácter del cine y su propensión a narrar historias. Sin embargo, no solo de la novela ha bebido Polanski para construir sus ficciones, sino también del teatro actividad artística que conoce bien como actor y director escénico: Macbeth (1971), La muerte y la doncella (1994) y la reciente Un dios salvaje (2011); del género biográfico: El pianista (2002); e incluso de la poética del absurdo y del surrealismo en cortos como Dos hombres y un armario (1958). Curiosamente, en uno de sus proyectos en ciernes, True Crime, amplía el abanico de géneros literarios, abriéndolo al artículo periodístico, si se tiene bien entender éste como tal. Este incipiente thriller, que se estrenará posiblemente a finales de este año o en el transcurso del próximo, está basado en un artículo de David Grann publicado en el New Yorker hacia el 2008. De ser esto cierto, estaríamos hablando de uno de los pocos directores de cine que han recurrido a un género periodístico tan breve como el artículo para crear una trama. No obstante, la adaptación quizás no sea tal, ya que por un lado habría que ver la entidad compositiva del artículo de David Grann ¿al estilo de crónicas como las de Truman Capote, de las que el cine ha sabido adaptar tan idóneamente?, y por otro qué es lo que a Polanski le ha llamado la atención de dicho texto. Es decir, sin intención compositiva artística, la noticia, el artículo o la crónica de un hecho real sirve como base medial entre la realidad y la construcción fictiva, no más. Fuera de esta linde, lo único que queda en el filme es la anécdota morbosa, anclada muchas veces como reclamo en el típico rótulo “Basada en hechos reales”. Es más, esto sucede en el arte las más de las ocasiones —como ejemplo sirva la noticia sobre una tragedia en los campos de Níjar, que Lorca leyó u oyó en eco en sus años de residencia y que maduró en la inmortal Bodas de sangre, ya que al fin y al cabo es de la realidad manoseada de lo que el arte se erige.

2 comentarios:

El Escribiente Feliz dijo...

¡Uau! Ha estado muy bien la jornada de hoy. Ha estado impresionante la adaptación de La Muerte y la Dama.

Coordinadores dijo...

Gracias, estamos encantados de saber vuestra opinión sobre las Jornadas. Las sesiones están siendo muy interesantes y provechosas para todos.

Un saludo.