martes, 5 de marzo de 2019

IX Jornadas de Literatura y Cine: Crónica de la primera sesión

    La primera sesión de nuestras IX Jornadas de Literatura y Cine ha estado protagonizada, en esta ocasión, por Miguel Dávila Vargas-Machuca (Universidad Internacional de Andalucía) y por la malograda Juana la Loca.

     Dávila ha realizado en su intervención un completo y detallado recorrido por las películas españolas que han centrado su atención en la tan célebre como enigmática figura de la reina Juana I de Castilla —nombre casi olvidado en favor de su sobrenombre—, la cual nunca llegó, por cierto, a reinar, ya que quienes la rodeaban lograron anularla totalmente, aduciendo que padecía serias enajenaciones mentales y que, por lo tanto, estaba incapacitada para gobernar. No obstante, nuestro conferenciante ha puesto en tela de juicio esta asunción, destacando que, a fin de cuentas, la historia también es una reconstrucción de los hechos, una recreación, si bien verosímil, no siempre fidedigna; en este caso, no existe realmente ningún documento que acredite su locura y, aun asumiendo que esta fuese cierta, está claro que, desde luego, tenía motivos sobrados para sufrirla, siendo el principal de ellos, cómo no, las desavenencias con su marido, Felipe el Hermoso. Asimismo, ha valorado mucho más su figura humana, es decir, como mujer, que como reina y ya casi leyenda española. 


     Para la mayor parte de los filmes que Miguel Dávila ha comentado, hay, en una u otra medida, de forma directa o indirecta, un sustrato literario, en este caso teatral: el de Manuel Tamayo y Baus, La locura de amor, pieza estrenada en 1855 que se conserva solo de manera fragmentaria. Así, por ejemplo, encontramos, haciéndose eco del propio título de Tamayo y Baus, Locura de amor (1948), película dirigida por Juan de Orduña que contaba con Aurora Bautista en el papel de Juana la Loca y que cosechó un gran éxito de taquilla. Otra de las versiones más populares es la de Vicente Aranda, Juana la Loca (2001), una suerte de remake encarnado, esta vez, por Pilar López de Ayala. Se trata, en su opinión, de una de las mejores interpretaciones que se han hecho del personaje, pues sobresale por la insistencia clamorosa y ardiente de Juana en ser la esposa de Felipe, con todas sus consecuencias. Sin embargo, no todos los filmes han sido realizados en clave seria, por lo que debe ser traída a colación la parodia de la época de la transición titulada Juana la Loca… de vez en cuando (José Ramón Larraz, 1983), en la cual aparecían, interpretando con comicidad sus papeles, Lola Flores, Beatriz Elorrieta y Jaime Morey. 


     Seguidamente, ha hablado Dávila de La corona partida (2016), que sirve de interludio y de conexión entre la serie Isabel —en la cual había aparecido ya nuestra protagonista— y la serie Carlos, rey emperador, que no obtuvo, a la sazón, una gran acogida por parte del público. Por último, en las conclusiones, ha querido recalcar Miguel Dávila cómo ha ido evolucionando el personaje de Juana la Loca a lo largo de sus diversas representaciones en el marco del séptimo arte, cambiando sustancialmente, según el momento histórico, el modo en el que ella trataba a los demás y ella misma era tratada por el resto, puesto que, como ha apuntado nuestro conferenciante, cuando el cine recrea el pasado en la pantalla, posee una doble historicidad: por un lado, la que se refiere al tiempo pasado; por otro, la que remite, de forma más o menos declarada, al tiempo presente.                                                                                           

                                                                                                                      Crónica de Pedro J. Plaza


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